domingo, 30 de marzo de 2008

No somos mas que fantasmas...



En el llamado ciclo de la vida, nacemos, crecemos, sobrepoblamos las ciudades y morimos, siendo la primera y la ultima parte las que, en la mayoria de las ocaciones, no tenemos control sobre ellas; nacemos cuando tenemos que nacer y asi mismo lo hacemos al morir.



Al nacer algun individuo, se envuelve en un sentimiento de alegria y buenos deseos todo su rededor con una duracion algo corta. Al morir, el sentimiento, obviamente triste, es incomparable en tamaño con el de la alegria en el nacimiento, asi como de la duracion la cual puede ser indetermindada dependiendo de la capacidad de cada una persona afectada por este.



Por mas obviedad que existe en el aspecto de los decesos (todos sabemos que moriremos algun dia), la cantidad de personas capaces de no verse afectadas por la muerte de personas cercanas es muy escasa, por lo tanto, el resto de las personas reaccionan de maneras diversas que van desde la incredulidad o negacion hasta la perdida de cordura de manera marcada o sutil. Si la persona no puede permanecer con una actitud estoica, comienza con los dichos irracionales acrecentando el dolor sentimental: "No le dije cuanto significo para mi", "Si hubiera hecho esto o esto otro aun estaria con nosotros", entre varios mas. Pasado el tiempo esas frases dolorosas se transforman en dichos "confortantes" para tratar de sobrellevar la situcacion con una manera optimista. Los clasicos: "Ya se encuentra en un lugar mejor", "Ya no esta sufriendo" o el mas aun famoso y a su vez mas incongruente "Dios asi lo quizo" con su variacion "Dios sabe porque hace las cosas", son dichos por las personas que tratan de alivianar el sufrimiento de los dolientes, cuando tal vez la forma mas racional de mostrar empatia seria con un simple "Lo siento mucho" o en algunos casos el no decir palabra alguna.



Tal vez la manera de comportarse al sufrir la perdida de alguien querido no sea por la misma perdida, sino porque se hace mas notable que a uno mismo le va a suceder y mas aun que el saber que nos acontecera, sea el no saber como ocurrira, finalizando con las infinitas incognitas del que pasa despues, a donde vamos, que hacemos, que es lo que sucede.



Bien sabido es que el duelo de las personas dependera del afecto y cercania que se tuvo con la persona fallecida, seria entonces bueno el disfrutar en vida de las personas cercanas a nosotros para asi poder llevar su muerte, cuando llegue, de manera mas tranquila y menos dolorosa, sabiendose satisfechos el uno por el otro y cuando suceda, entonces, el tratar de pensar de manera mas racional acerca de lo acontecido, teniendo como finalidad la idea de que no podemos hacer nada al respecto, que la vida conlleva una muerte, aceptarlo y estar preparado para ella.


Gracias por todo... donde quiera que este.